¿En qué inviertes?
¿Guardas tu dinero de forma conservadora en certificados de depósito y cuentas de ahorro? ¿Inviertes en acciones y otros valores? ¿Te arriesgas apostando en criptomonedas?
¿Cómo estás ahorrando para el largo plazo (universidad, bodas, emergencias médicas, coche, hipoteca, vacaciones familiares, manutención de padres y/o hijos) y a corto plazo (impuestos anuales, accidentes y reparaciones inesperados, compras impulsivas, móvil nuevo)?
Seamos realistas, ¡algunos de nosotros no lo somos! El salario medio en España en 2021 fue de aproximadamente 27.000€, y el ahorro medio de las familias españolas se situaba en 2020 en 56.300 € (Fuente: https://enconfianza.psn.es/-/ahorro-antes-de-la-pandemia).
Evidentemente, cada uno de los que estáis leyendo esto os acercaréis o alejaréis de estos números, dependiendo de tu edad, ocupación, situación familiar, etc. Cuando yo me divorcié a los 50 años tuve que esperar a cobrar la siguiente nómina para tener dinero en el banco y tenía menos de 60.000 € de “colchón”…
Pregunto todo esto porque, después de todos estos años, la mejor inversión que conozco… está en ti mismo. En tu persona si eres profesional, o en ti y en tu equipo si eres empresario. Ahí es donde se encuentran los mayores dividendos potenciales. Y “dividendo” significa “beneficios” económicos.
Sin embargo, esa suele ser nuestra prioridad más baja:
«Asistiré a esa sesión, me apuntaré a ese curso, aprenderé este procedimiento… cuando tenga el tiempo y el dinero». ¡Lo que debería ser la prioridad más alta es en realidad, con frecuencia, la más baja!
No sé qué decir a los profesionales que me dicen: “No puedo hacer ahora tu programa formativo para mejorar mi posición profesional… porque estoy estudiando inglés y no tengo tiempo”.
Ni tampoco sé qué decir a los empresarios que me responden: «No puedo permitirme tu ayuda para mejorar la rentabilidad de mi negocio en estos duros momentos, pero una vez que mejore la situación, podré hacerlo».
Estas son lógicas perversas. Eso es como decir: «Tengo demasiada hambre para comer, pero una vez que tenga menos hambre, quizás coma algo». Sí, tendrás más hambre. O tu empresa habrá desaparecido.
Realmente no puedes apreciar el Gran Cañón del Colorado hasta que estás frente a él, el Royal Albert Hall hasta que asistes a un concierto, o las cataratas Victoria hasta que su rugido llena tus oídos. Sólo puedes apreciar la mejora que puedes hacer en tu vida cuando te involucras en ella.
Hay mucha tontería de autoayuda y de “mentalidad positiva” por ahí, eso es cierto, y a menudo lleva a las personas a considerar su propio desarrollo como una cuestión sólo de “desearlo muy, muy fuerte” pero sin hacer nada real al respecto. Pero vete preguntando a tus conocidos de confianza qué han hecho.
Y toma esto de alguien que genera contenidos en Internet continuamente:
No aprendes a esquiar, a andar en bicicleta o a transformar una empresa… viendo publicaciones en LinkedIn.
¡Ni siquiera las mías!
«Nunca dejes de invertir. Nunca dejes de mejorar. Nunca dejes de hacer algo nuevo.» — Bob Parsons
«La mayoría de los expertos y grandes líderes están de acuerdo en que los líderes se hacen, no nacen, y que se hacen a través de su propio impulso de aprendizaje y superación personal.» — Carol S. Dweck
«Mi objetivo es la superación personal y convertirme en la mejor versión de mí mismo, ya sea en mi carrera, mis finanzas o simplemente en la vida en general.» — Liza Soberano