Por José María Garrido

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Una de las obsesiones que tenemos (y debemos sin duda tener) al gestionar nuestra empresa es la mejora constante de la productividad o, mejor, la eliminación de los despilfarros y de todo aquello que no tiene valor.

Pero con demasiada frecuencia nos centramos exclusivamente en la mejora de la productividad del proceso productivo (cultivo o cualquier otra producción primaria, acondicionamiento del producto, fabricación, costes logísticos), olvidándonos de otros procesos y actividades de nuestra que suponen cantidades ingentes de euros tirados a la basura.

¿Cuántas veces hay personas esperando a que comience una reunión porque hay alguien «importante» que llega tarde?

¿Y cuánto tiempo perdemos en esas reuniones por no tener claros sus objetivos o no disponer de un orden del día?

¿Qué ocurre cuando los responsables de un proceso no saben exactamente qué necesita el siguiente, y así poder esforzarse en dárselo bien y a la primera?

¿Cuántas veces no comunicamos adecuadamente nuestras indicaciones, y se deben corregir los resultados porque no cumplen con lo esperado?

¿Y qué ocurre con los terribles «reinos de taifas» (departamentos estanco) que trabajan totalmente independientes unos de otros, sin tener en cuenta que «el enemigo está afuera»?

Es de lo que trata el vídeo que te traigo hoy.

¿Sueles trabajar en la identificación y eliminación de tu “empresa fantasma”?

Estaré encantado de que nos lo comentes más abajo, y así abrimos una conversación.

 

José María Garrido es profesional agroalimentario, consultor y docente. Después de trabajar 24 años como directivo, en la actualidad ayuda al empresario a aumentar el rendimiento consistente de su organización. Leer más...

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