A la hora de competir en tu mercado, ¿qué estrategia básica utilizas?
¿Hacerte un hueco a base de una constante pelea de reducción de precios?
¿O creando valor diferencial para poder cobrar por esa diferencia?
Te invito a reflexionar sobre ello en un momento.
En realidad, a la hora de posicionarte en el mercado tan sólo hay dos estrategias básicas de competir:
Producir lo mismo que nuestros competidores, pero más barato,
O hacer cosas de un valor diferente para el cliente a lo que hacen los demás… y cobrar por esa diferencia.
La primera de ellas es la denominada estrategia de los Océanos Rojos.
En este caso estaríamos inmersos en el paradigma de la competición empresarial asimilable a dos ejércitos que luchan por una porción del territorio.
Nuestra empresa y nuestra competencia nos despedazamos hasta la agonía por un pedazo de mercado, por un conjunto de clientes, desangrándonos en palmos de terreno.
Para ello, nos posicionamos en nuestro territorio conquistado y lanzamos ofensivas comerciales (ofertas, descuentos, promociones, rappeles, comisiones…) para incrementar unas décimas de cuota de mercado…
en una guerra de desgaste sin fin, hasta el supuesto exterminio del contrario.
Nos encontramos inmersos en un océano rojo, resultado de la sangre de nuestros competidores… y de la nuestra propia.
Las consecuencias de todo ello parecen evidentes: banalización del producto, destrucción del margen, inviabilidad del proyecto empresarial.
¿Es este tu caso?
¿Os encontráis sumidos en un gigantesco océano rojo que os está dejando exhaustos?
Te animo a charlar sobre ello en los comentarios de aquí abajo.