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El liderazgo para la implantación de la estrategia es como montar en bicicleta.
Después de haber visto los 10 rasgos de liderazgo de “rueda delantera”, según los cuales el líder juega un rol de “atracción”, de persona ejemplar y situada en primera línea, iniciamos hoy la serie de los 10 rasgos del rol “impulsar”, en los que el líder actúa como soporte, un agente de cambio cultural situado entre bambalinas.
Y el primero de ellos es: Alinear Sistema y procedimientos.
Una de mis frases favoritas, que vi una vez en una oficina de un cliente de mi empresa anterior, decía algo así como: “No hay ninguna maldita razón para ello: simplemente es nuestro procedimiento”.
Parte del trabajo entre bastidores de los líderes es asegurarse de que la organización no esté trabajando en el día a día con intereses opuestos a las personas y a la visión estratégica.
Por ejemplo, si quieres llegar a ser una compañía con más asunción de riesgos como parte de tu estrategia, y los procedimientos siguen diciendo que hay tres niveles de aprobación para cada asunto que se proponga, simplemente no te vas a mover de tu situación de partida.
Se trata pues de que, una vez fijada la estrategia, el cambio y los objetivos ambicionados, el sistema de trabajo, las políticas y los procedimientos sean revisados, no sólo para que no impidan el nuevo rumbo, sino para que lo impulsen de una forma coherente.
No se trata sólo de tener buenas ideas, sino de que se hagan efectivas con un liderazgo activo desde la parte de atrás. Que el soporte (“rueda trasera”) no falle en alinearse con la dirección que marca la rueda delantera. Ese es un trabajo de revisión y actualización que estamos obligados a hacer si queremos tener éxito.
