Las estrategias siempre deben centrarse en el crecimiento, y el crecimiento siempre depende de la innovación.
Pero la mayoría de la gente no se da cuenta de que la innovación se presenta en tres formas.
El oportunismo es la reacción provocada por algo visto, oído o sentido. Cuando en plena canícula agosteña la heladería local sufrió un corte de energía y tuvo que cerrar, un hombre con una furgoneta se detuvo y agotó todas sus existencias de helados antes de la hora de la cena.
La innovación conformista ocurre cuando alguien construye una alternativa mejor a lo que ya está aceptado. Este sería el caso del motor a reacción en lugar de las hélices para los aviones, o el de Uber frente a los taxis.
Finalmente, la innovación inconformista es el resultado de nuevos enfoques para las necesidades existentes o la creación de soluciones a necesidades que la gente nunca se dio cuenta de que contemplaban: las vastas y variadas capacidades de distribución de Amazon o el “smartphone”, que en realidad es una «navaja suiza» de necesidades personales, desde una selección de vinos hasta gestión de carteras.
No crees «creatividad impuesta» o equipos especiales para generar innovación. En todas sus formas, suele ser el resultado de personas de “pie de pista” cuyas ideas se escuchan a diario.
¡Ah! Y no te limites a recompensar sólo las «victorias» exitosas; recompensa los comportamientos que conducen a la innovación o, de lo contrario, la gente tendrá miedo al fracaso y no intentará “equivocarse”.