En términos profesionales, no puedo quejarme. En su momento ayudé a que un proyecto empresarial pionero, innovador y que resultó ser apasionante se hiciera realidad y se convirtiera en un éxito inapelable.
Hoy, mi propósito es mejorar las vidas y los negocios de las personas en nuestro país. Me encanta hacerlo, así que nunca tengo “trabajo” que hacer (a no ser que haya que sacar la basura o hacer la compra).
Esto no es un “trabajo” o una “carrera”. Es mi misión, mi razón de ser. Me he dado cuenta de que las personas que tienen este tipo de pasión son más felices, están más saludables y tienden a encontrar rutas innovadoras hacia sus objetivos en lugar de pasarse el día lloriqueando en una esquina.
A mi dentista (muy joven, por cierto) le encanta hablarme de implantes y empastes. Confío totalmente en ella porque su entusiasmo es contagioso y también aprendo cosas (el primer implante dental lo realizó un sueco, que lo probó primero en conejos al ver los buenos resultados con los materiales de las operaciones de cadera).
Mi óptico se “deshace” explicándote que después de mi operación de cataratas veo los colores mucho más brillantes porque, de manera natural, el cristalino se oscurece para proteger al ojo de los rayos ultravioleta (razón por la que desaconseja que los niños pequeños utilicen demasiado las gafas de sol).
¡Y la gente de los mejores restaurantes te hablará de su cocina y vinos toda la noche si se lo permites y no te importa que tu cena se enfríe! (El sommelier me confirma que el Scapa es un malta realmente genial, pero que el Cardhu está sobrevalorado).
No me importa cuando los empresarios deciden no contratarme y se niegan a hacer negocios. Les doy lo mejor de mí. Al final pienso que él se lo pierde. No puedo obligar a nadie a ser ayudado y mejorado; sólo puedo tratar de convencerles de que es posible e importante.
Algunas personas actúan como si su “llamada” fuera simplemente ganar dinero. Algunos evidentemente piensan que es “estar en el escenario” y ser el centro de atención. Y otros piensan que su vocación es ser el líder de la manada.
Sinceramente creo que no se trata de ser “machos alfa” ni de ser “el primero de la clase”. Se trata de prepararse bien, mostrarte totalmente, darlo absolutamente todo y luego volver a casa a disfrutar de la vida.
Siempre habrá una casa más grande, un coche más lujoso y un barco con más metros.
Pero la humanidad sí que está en el mismo barco, así que será mejor que seamos leales ayudándonos unos a otros.
De lo contrario, volcaremos y nos hundiremos.