La “Escuela de Cristóbal Colón” dice que
- Cuando zarpó, no sabía en realidad a dónde iba.
- Cuando llegó, no sabía en realidad dónde estaba.
- Cuando regresó, no supo decir dónde había estado realmente.
Incluso en un mundo tan impredecible y lleno de incertidumbre constante, necesitas encaminar tu proyecto empresarial hacia un destino concreto. Y ese destino no es otro que la Visión empresarial.
Pero para que una Visión sea realmente efectiva, necesita tener cierta tangibilidad, una especie de “futuro previsto”. La Visión debe ser un “sueño concretado”.
Sin duda el concepto futuro previsto es algo paradójico.
Por un lado transmite concreción, algo visible, vivo y real.
Por otro, implica un tiempo aún no alcanzado, en base a unos sueños, esperanzas y aspiraciones.
Precisamente por ello el establecimiento de una Visión adecuada, realmente movilizadora de voluntades y estimuladora de progreso, debe tener unos componentes determinados cuidadosamente analizados.
La Visión como futuro previsto la podemos dividir en dos componentes:
1.- El Objetivo Visionario.
Todas las empresas tienen objetivos, que por definición son específicos, medibles, alcanzables, retadores y acotados en el tiempo (SMART).
En este caso se trata de que establezcas el gran objetivo a 10-30 años vista, ambicioso, audaz, retador, pero al mismo tiempo realizable.
Tu Objetivo Visionario debe ser claro y convincente, servir como punto focal de esfuerzo unificador y actuar como un catalizador para el espíritu de equipo. La línea de meta debe estar clara, para que la organización pueda saber cuándo la ha logrado; a la gente le gusta disparar hacia dianas bien definidas…
2.- La Descripción vivida
El Objetivo Visionario necesita de la Descripción Vivida, es decir, una vibrante, atractiva y específica descripción de lo que será conseguir el Objetivo Visionario.
Piensa en ello, en cómo describir esa situación futura. ¿Cómo será el momento de conseguir el Objetivo Visionario? ¿Qué dicen de nosotros? ¿De qué color, sabor, olor, forma, textura… es?
Y si además puedes traducir las palabras en imágenes, mucho mejor. Una imagen que tu gente pueda recordar, que pueda llevar en sus cabezas. Una imagen puede ser esencial para hacer del ese objetivo a 10-30 años tangible en la mente de las personas.
Olvida las expresiones de visión que aparecen en las webs del tipo “Ser los líderes del mundo mundial en…” que no sirven más que para adornar alguna pared.
“Ningún viento es favorable para quien no sabe a qué puerto se dirige” – Séneca