La evangelización es la técnica de ventas más poderosa, y bien que lo sabía San Pablo, el primer “márketer” viral.
Viajó a Antioquía, Corinto, Roma, Filipos, Tiro, etc. Les decía a 100 personas que cada una pasara la voz a otras diez personas y el cristianismo se extendió más rápido que la pólvora.
Una adecuada estrategia comercial debe incluir, no sólo poner en contacto (tanto física como virtualmente) a clientes satisfechos con prospectos (posibles futuros clientes) de alto potencial, sino también exponer a los clientes y consumidores más pequeños a aquellos que están más felices y hacen el mejor uso de tus productos y servicios.
Esas personas ya confían en ti y en tu marca, y es relativamente fácil para ellos prescribirte frente a sus “homólogos” e incluso ante clientes de nivel superior.
Esto implica, prácticamente, inversión “cero”, y sin embargo se pasa por alto en la mayoría de las estrategias organizacionales.
En tiempos de San Pablo, había alrededor de 200 millones de personas (conversos potenciales) en el mundo. Hoy en día hay alrededor de ocho mil millones de personas en el mundo, clientes potenciales.
¡Consigue gente de camino hacia Damasco!