La autoestima, y su carencia, es el monstruo debajo de la cama.
Puedes escucharlo en el diálogo interno de la gente: «No debería», «Me cuestionarán», «No es mi sitio», «Ellos nunca me escucharán».
La capacidad de crear alta autoestima es una herramienta de alto valor que permite a las personas progresar de forma realmente espectacular.
Cuando nos enfrentamos a un disgusto o a un trauma, nos angustiamos o nos enfadamos. No me refiero a la muerte o a la pérdida de seres queridos, sino a golpes que hieren nuestra autoestima.
Cuando no permitimos que la ira natural estalle y lidiamos con ella, no la internalizamos, culpándonos a nosotros mismos.
Por eso digo que todos deberíamos ser despedidos o dejar nuestro empleo.
Yo dejé voluntariamente un trabajo de ensueño. Había vivido sentado en un trono de oropel, con trayectoria, autoridad, influencia, estatus del máximo nivel. Pero las cosas empezaron a cambiar, y yo me resistía a ese tipo de “cambio”. Tomé aquella decisión después de dos años de profunda reflexión (y enfado, y dolor) porque el sistema de valores estaba cambiando a mi alrededor y se convertía en algo ajeno a mí, a lo que siempre (…y ahora) yo había creído.
Un buen amigo empresario me dijo «has sido valiente y coherente»… y hoy se ha convertido en uno de mis mejores clientes.
Aquí te dejo algunas lecciones aprendidas de aplicación inmediata.
Identifícate con tus capacidades y tus resultados, no con tu título o tu cargo. Al día siguiente de la salida de mi empresa viví una experiencia increíble: por primera vez desde hacía décadas, mi bandeja de entrada de emails estaba… ¡vacía! Mi dirección corporativa había desaparecido, ya no tenía un cargo o un lugar en un organigrama. Y allí llegó la gran pregunta: el origen del respeto de las personas, ¿era hacia mí o hacia el “gran logotipo» que había tenido a mi espalda hasta ese día? Como puedes suponer, aquello me hizo ponerme las pilas… y hasta hoy.
No generalices a partir de algo específico. En un cierto momento o situación no has conseguido la venta, o el trabajo, o la entrevista, o el puesto en el equipo. Eso es así. Pero eso no está relacionado con tus habilidades, capacidades o valor real. Compartimentaliza la ofensa. Sella las compuertas detrás de ti para que la fuga no hunda el barco, bombea el agua que ha entrado y ponte en marcha hacia el siguiente objetivo.
Mantente en continuo crecimiento, siempre y cuando mantengas las bases de tu sustento. No importa cuántas veces cortes el césped porque la hierba seguirá creciendo. No te rindas; no te vayas por las ramas y con frecuencia volverás más fuerte que nunca. Pero la hierba morirá si le falta el agua. No te preocupes por los contratiempos, pero no permitas que te falte el sustento (emocional o real). Usa a la familia, a los amigos, tus propias reservas y reasignaciones y mantén los nutrientes fluyendo. Demasiada gente se embarca en una “huelga de hambre” cuando choca con una pared.
Todos deberíamos ser despedidos o deberíamos dejar nuestro trabajo fijo.
Porque necesitamos experimentar la decepción y la ambigüedad ante nuestro futuro.
Para mí ha sido una de las mejores cosas que me han pasado en la vida.